El Ejército Paraguayo, nació con la patria el 15 de Mayo de 1811, aunque sus raíces se cimentan en su similar de España, cuando en tiempos de la Colonia, ya con identidad autóctona, participara con jefes y soldados criollos en las batallas de Cerro Paraguarí y Tacuary contra los invasores.
En 1811, el Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, cónsul de turno, dictaba el "Reglamento Provisorio de Organización de Cuadros del Ejército Nacional".
Como Ejército Nacional, la primera misión de combate que le cupo cumplir fue la recuperación del Fuerte Borbón en 1812, ocupado por los portugueses.
Por su parte, Don Carlos Antonio López, primer presidente constitucional de la República, sancionaba el 26 de Agosto de 1845, la ley que reorganizaba el Ejército, creando el Ministerio de Guerra y Marina, que sería el órgano superior del Ejército, a cargo del entonces Brigadier Francisco Solano López.
Ante la inminencia de la Guerra contra la "Triple Alianza", el General López organizó el campamento del Ejército en Cerro León con un efectivo de 38.000 soldados, que enfrentó a la coalición de 140.000 hombres.
López combatió durante cinco años, desde Paso de Patria hasta las orillas del Aquidabán, donde sucumbió con sus últimos soldados el 1° de Marzo de 1870, fiel a su juramento de "vencer o morir", grito de guerra que hasta hoy identifica al Ejército.
Una etapa importante en la profesionalización del Ejército, se inicia con la creación del Curso Militar en 1915, posteriormente la Escuela Militar y actualmente Academia Militar, "alma mater del Ejército", que ostenta con orgullo el nombre del héroe máximo de nuestra nacionalidad, el Mariscal Francisco Solano López y que desde entonces hasta la fecha tiene la función de formar el cuadro permanente de Oficiales.
El 17 de Junio de 1931, por Decreto N° 40.678, se crea la la División de Infantería, en base a históricas Unidades, como el RI-1 "2 de Mayo", RI-2 "Ytororó", RI-3 "Corrales", el RC-1 "Valois Rivarola", el Grupo 1 de Artillería "Gral Bruguez", el 1 de Zapadores "Gral Aquino", entre otras. Dichas Unidades, al mando del entonces TCnel José Félix Estigarribia, constituyeron la piedra angular sobre la cual fue conformándose el Ejército en Campaña para la Guerra de Chaco (1932 a 1935).
En esta contienda el ciudadano-soldado, encuadrado en su Ejército, con valor y sacrificio conquistó nuevos laureles de gloria para su rico historial guerrero, desde el Boquerón calcinante hasta el legendario Parapití.